El ciclo eterno

Saturno representa el statu quo y nos muestra dónde están nuestros límites debido a nuestro karma y a nuestra incapacidad.
Saturno espera resultados concretos que confirmen que estamos poniendo algo en práctica dentro de las condiciones y aceptando la realidad.

Urano propicia el progreso y nos libera de las circunstancias que impiden un mayor desarrollo.
Urano barre lo viejo para que realineemos nuestras vidas y, sobre todo, miremos las cosas desde una nueva perspectiva que antes no nos era posible debido a nuestras limitaciones.

Neptuno representa la disolución y la disolución de lo que nos limita en nuestra percepción.
Neptuno abre los sentidos de nuestra mente y nos permite mirar en la esfera de las causas donde las ideas divinas lo mueven todo. Neptuno nos hace comprender la intemporalidad de la verdad en cuanto vemos cómo nos dejamos engañar por la identificación con la materia.

A su vez, Plutón representa aquello que nos mantiene prisioneros en la oscuridad y nos atormenta hasta que nos hemos vuelto intocables para las fuerzas de la oscuridad a través de nuestra transformación para el bien.

Con este conocimiento, si observamos los tránsitos de estos planetas por nuestras casas, sabremos lo que hay que aprender actualmente en esa casa.

Tránsitos por las casas

Saturno está transitando actualmente la cuarta casa para mí. Tuve que darme cuenta por mí misma en los últimos años de que no puedo cambiar el pasado (4ª casa), sino que tengo que aceptar el karma que me llevó a nacer en mi familia.

Urano ha estado transitando por mi séptima casa durante los últimos años. Tuve que darme cuenta de que tenía que compartir con el mundo exterior lo que mi camino iniciático me estaba abriendo, aunque en mi interior sabía que encontraría resistencia y rebelión.
En los años anteriores, sólo puse mi trabajo sobre la astrología de la reencarnación a disposición de muy pocas personas en las que podía confiar, pero tuve que darme cuenta de que estaba estancado en mi propio desarrollo, por lo que no se produciría ningún progreso ulterior a menos que asumiera el riesgo de enfrentarme al mundo exterior.

Neptuno transitó por mi quinta casa en los últimos años. Aparte de las realizaciones habituales, como entregarse por los hijos, etc., este tránsito contribuyó principalmente a que ya no me apeteciera estar en ningún escenario, sino que disfrutara volviéndome invisible para el público.
Al mismo tiempo, me enfrenté a la tarea de encontrar la manera de hacer visible lo invisible de forma creativa. ¿Cómo puede hacer visible algo misterioso y místico sin convertirse en el centro de atención? Una empresa extremadamente difícil.

Plutón lleva trece años transitando por mi tercera casa y he tenido que aprender a dominar mi pensamiento y mi autoexpresión para desarrollar la forma de comunicación que, si bien por un lado aborda y expone la oscuridad, al mismo tiempo no incita al odio.
También me pareció una empresa muy difícil, porque cualquiera que aborda lo oculto polariza, razón por la cual cerré temporalmente las escotillas.

Si desea leer más sobre este tema, le recomiendo mi Compendio de tránsitos, o mis otros dos libros sobre tránsitos.